Este no es sólo un libro para niños, es una invitación para reflexionar sobre el ritmo ajetreado de la vida moderna y el verdadero valor de la vida; al mismo tiempo es una crítica al capitalismo y al desarrollo sin medida que amenazan las relaciones solidarias entre las personas.
Con una mezcla de realismo y fantasía, Momo es una de las mejores obras del autor, ya que marca la dualidad entre dos mundos que conviven y que muchas veces no se comprenden: el mundo sin barreras industriales ni técnicas (con su bondad, ingenuidad y tolerancia) y la sociedad industrializada y tecnificada, (preocupada únicamente en valores mercantiles y de progreso).
Momo es una niña huérfana que tiene el don de saber escuchar y comprender los problemas de los demás, sus amigos Beppo, el barrendero, y Gigi, un cuenta cuentos, cuidan de ella que vive en un antiguo teatro romano. Un día aparece en la ciudad un extraño hombre gris que comienza a comprar el tiempo de la gente, y Momo se va quedando sola. Este hombre pertenece a una asociación de hombres grises que están haciendo su propio negocio con la gente: les quitan el tiempo libre a cambio de rentabilizar sus horas. La gente tiene cada vez menos tiempo libre.
Momo es la única que no cae en la trampa y con la ayuda de la tortuga Casiopea, el maestro Hora, guardián del tiempo y las flores horarias, devolverá el tiempo a toda la gente.
"A
veces tienes ante ti una calle larguísima; te parece tan terriblemente larga que
nunca crees que podrás acabarla. Y entonces te empiezas a dar prisa, cada vez más
prisa. Cada vez que levantas la vista, ves que la calle no se hace mas corta. Y
te esfuerzas más todavía, empiezas a tener miedo, al final estás sin aliento. Y
la calle sigue estando por delante. Así no se debe hacer. Nunca se ha de pensar
en toda la calle de una vez, ¿entiendes? Sólo hay que pensar en el paso
siguiente. Nunca nada más que en el siguiente. Entonces es divertido; eso es
importante, porque entonces se hace bien la tarea. Y así ha de ser. De repente
se da uno cuenta de que, paso a paso, se ha barrido toda la calle. Uno no se da
cuenta como ha sido, y no se está sin aliento.
Asintió en silencio y dijo, poniendo punto final:
- Eso es importante”
- Eso es importante”
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